El día de la exposición se había pactado con Hugo Ballesteros (donante del disco duro "enorme") la entrega de la placa controladora "nevada", así que apróximadamente los primeros días de junio Alejandro se comunicó con él y convinó el encuentro en su casa ubicada en Haedo, a unas pocas cuadras de la escuela donde días atrás se había realizado la primera exposición de computadoras antiguas.
Era una placa que tenía un tamaño muy superior a cualquier placa madre actual. Hugo explicó como debían ser conectados los distintos cables que tenía la misma al disco duro donado el primer día de exposición.
Gracias a Hugo pudimos terminar de armar el disco duro de 10 MB con el que actualmente cuenta nuestro museo.