Era la noche del día 13 de julio, Alejandro se encontraba dictando clases en una escuela municipal de Morón. Es interrumpido por Germán Mangas, integrante de la cooperadora de la escuela y colaborador ad-honorem en el mantenimiento de la misma. Este traía en manos una Commodore 64.
Alejandro le preguntó donde había conseguido la computadora y paradógicamente comenta que la encontró en un tacho de basura en la ciudad de Castelar."Pasé con el auto e identifiqué un teclado en el canasto de basura de una casa, de un tamaño mayor a los actuales, dí vuelta a la manzana para pasar nuevamente y ante mi sorpresa era una Commodore", comentó contento Germán.